Acerca de la necesidad de re conectar con valores esenciales: El conocimiento se hereda
En un mundo dominado por la velocidad, la productividad y el constante impulso hacia la acumulación de bienes, estamos perdiendo de vista algo fundamental: nuestra conexión con lo que realmente importa. Los mandatos de la productividad y el dinero han llegado a regir nuestras vidas, empujándonos hacia un frenesí de tareas, metas y logros, que en vez de llenarnos, nos dejan vacíos. Nos hemos alejado de los valores que sustentan una vida plena: la conexión con la naturaleza, el tiempo para uno mismo, la comunidad, la espiritualidad y el respeto por el presente.
La sociedad moderna parece haber olvidado que el valor de una vida no se mide en función de cuánto producimos o cuánto ganamos, sino de nuestra capacidad para disfrutar de lo simple, de valorar a quienes nos rodean y de conectar con nuestro propósito más profundo. Lo cual, por regla general, quedará como asunto pendiente para la mayoría. En este contexto, regresar a esos valores vitales ya es una cuestión de supervivencia: el respeto por el tiempo, el equilibrio entre el trabajo y el descanso, y quizás por encima de todo, de volver a ser conscientes de que nuestra felicidad no depende de lo que poseemos, sino de la riqueza interna que cultivamos.
El estado de bienestar depende de la conexión con la naturaleza (porque nos recuerda la paciencia y la armonía de los ciclos), y de redescubrir la espiritualidad (la que nos ayuda a encontrar un propósito más allá de la búsqueda constante de resultados). Necesitamos nutrir nuestras relaciones y cuidar de nuestras comunidades, ya que es en ellas donde encontramos el apoyo y la calidez que nos ayudan a crecer como personas.
La invitación es clara: re conectar con los valores que trascienden lo material y abrazar un estilo de vida que valore el Ser por encima del Hacer. Es tiempo de recuperar el poder de vivir conscientemente, de ralentizar nuestro ritmo y para recordar que la verdadera riqueza se halla en una vida en paz y en equilibrio. Ello, sólo se logra cuando se alcanza la armonía con quienes somos y con el mundo que nos rodea.
El estilo pictórico de “Chamana” recuerda al realismo mágico y al arte visionario...
Realismo mágico: Este estilo, aunque asociado generalmente a la literatura, también tiene una presencia en el arte visual. En esta obra, el realismo mágico se manifiesta en la representación de una figura humana, con elementos que parecen surgir de una realidad alterada.
Arte visionario: Este estilo se enfoca en representar visiones, experiencias espirituales y estados de conciencia elevados, aspectos presentes en la imagen de la Chamana. El arte visionario busca transmitir ideas o mensajes espirituales. La obra refleja este enfoque al transmitir sabiduría ancestral y un sentido de trascendencia.
Arte contemporáneo figurativo con toques simbólicos: Aunque se enmarca en el arte contemporáneo, la obra se distingue por su fuerte carga simbólica. La figura central y los patrones tribales pueden considerarse un puente entre el arte figurativo moderno y el simbolismo, creando una conexión entre el cuerpo humano y conceptos espirituales o culturales profundos.
La obra, en conjunto, pertenece a un estilo híbrido que combina estos enfoques para ofrecer una imagen poderosa y evocadora, capaz de transmitir no solo la belleza, sino también un profundo mensaje espiritual.
El personaje femenino de la Chamana, una figura etérea en actitud de comunión con el universo refleja un profundo sentido de conexión con culturas antiguas y simbolismos arcanos. La esfera llena de colores vibrantes, que se sostiene entre sus manos, es una representación del Núcleo de la Creación y un símbolo de la propia energía interior que canaliza a través de su cuerpo. Las flores en su corona son representaciones de la fertilidad, el renacer y la unión con los espíritus. El fondo oscuro y nebuloso sugiere un espacio sagrado, donde la chamána se encuentra en un trance, trascendiendo la realidad para alcanzar el conocimiento espiritual.
Esta obra es ideal para quienes buscan una pieza bella, que transmita una energía poderosa y sanadora, propia de la sabiduría chamánica. Es un tributo a las tradiciones ancestrales y un recordatorio de que, en lo profundo de nosotros mismos, existe un mundo espiritual esperando a ser explorado.
Chamana. Obra Original